sábado, 5 de agosto de 2017

Fundamentos de la Retención Escolar

Rodrigo González, 2017.

La deserción escolar es una problemática social que merece medidas que favorezcan la retención escolar. Pero ¿porqué es importante disminuir la deserción escolar?

Esta pregunta es de gran importancia si consideramos que todo joven probablemente se la hace. En el fondo ¿Porqué tengo que estudiar? ¿Porqué debo esforzarme por ir a la escuela? ¿Vale la pena el esfuerzo?.

Existe una diferencia dramática en los ingresos que recibe una persona con estudios básicos y otra con estudios superiores. Y los más afectados por esta brecha son las mujeres.

Esto se explica en parte porque las personas que no logran terminar sus estudios tiene mayores tasas de desempleo.

Pero no se reduce solo al ingreso, además las personas con menor nivel educativo tiene otro tipo de privaciones. La pobreza multidimensional está relacionada fuertemente con el el bajo nivel educativo.

También hay una relación entre la deserción escolar y otras problemáticas como las drogas y la reincidencia en delitos. No es que todos los desertores estén involucrados en estas problemáticas, pero si los jóvenes que las presentan terminan desertando es muy probable que sus dificultades de agraven.

La personas con menor nivel educativo también suelen presentar condiciones desfavorables de salud y tienen una evaluación más negativa de su bienestar. La relación entre las dos variables no está bien explicada pues está cruzada por una multiplicidad de complejas interacciones.


 Ante esto, vale preguntarse nuevamente. ¿Vale la pena estudiar? ¿Qué diferencia hace en la vida real de los jóvenes? ¿Va a sacarlos de la pobreza? ¿Ayudará la educación al joven tener una mejor calidad de vida que la que tuvieron sus ascendencia?

Si comparamos a Chile con otros países desiguales como México, vemos que en nuestro país la educación tiene demuestra una mayor capacidad para funcionar como instrumento de movilidad social. 

Entre el 40% y el 50%  de los estratos medios y bajos está logrando entrar a la Universidad y la matrícula de la educación segundaria es casi universal, de modo que quienes no logren terminarla, se encontrarán en desventaja para enfrentar el mundo extraescolar.
Actualmente las tasas de abandono 3,5% y las tasas de deserción no superan el 1%, siendo siempre algo mayores en hombres. Es decir son cifran marginales. 

La asistencia ha mejorado con los años...

También ha disminuida la deserción...

 Sin embargo, sigue siendo fuente de preocupación, por el alto impacto que puede tener. Este 1% no es desechable.
Cuando explicamos la deserción, nos podemos encontrar con dos tipos de variables que la explican: los factores endógenos del sistema escolar y los factores exógenos al sistema escolar.

Entre los factores exógenos, el más estudiado es el nivel socioeconómico. Si comparamos el primer y último quintil podrán apreciar la los distintos niveles de asistencia de los alumnos.

Cuando comparamos los niveles de deserción según quintil nos encontramos con diferencias aun más escandalosas.

También hay estudios que apuntan a que la deserción tiende a segregarse socioespacialmente. Es decir, los jóvenes que desertan suelen vivir en los mismos lugares y/o asisten a los mismos colegios.

1ro y 3ro medio son los niveles educativos donde se concentra la deserción. Esto se explica debido a las característsicas de estos niveles que suelen significar una transición en las trayectorias educativas de los alumnos y porque están relacionadas con procesos que viven los estudiantes.

Hay que recordar que en esta etapa el organismo del joven está atravesando un conjunto de cambios hormonales y neurológicos. 


Si estudiamos las familias de los desertores también encontramos un patrón característico. Son familias numerosas, monoparentales, con bajos niveles de escolaridad y con problemáticas de comunicación y de tiempo para compartir. Lo que se traduce en un bajo nivel de involucramiento parental en la vida escolar del niño o joven.
Pasando a los factores endógenos o intraescolares. Descubrimos una fuerte relación entre el clima escolar y los niveles de deserción.

Y que esta relación se fortalece cuando los estudiantes comienzan a repetir. Especialmente cuando entran en la enseñanza media y cuando son hombres.