jueves, 18 de marzo de 2010

El deseo afecta nuestra percepción de la "realidad"

Aparentemente vemos de manera errada la proximidad de los objetos según nuestros deseos de poseerlos, el tiempo entre ambos eventos debido a nuestra conexión con los mismos y su valor de apreciación.

¿Qué tan lejos está un objeto deseado?

Un estudio publicado en Psychological Science en diciembre ( www.pss.sagepub.com ), La Dra. Emily Balcetis de la Universidad de Nueva York y el Dr. David Dunning de la Universidad de Cornell hicieron una series de experimentos para examinar nuestro deseo a ciertos objetos y como estimamos la proximidad de estos.

El primer experimento debía estimar la distancia entre el participante y la botella de agua. Aquellos a quienes previamente se les había dado una porción de galletas con sal para comer estimaron que la botella de agua estaba más cerca que aquellos a quienes previamente se les había dado agua para beber.

Para demostrar que el efecto no era sólo el reflejo de una inmediata necesidad fisiológica, los investigadores condujeron un segundo y tercer experimento. En el segundo experimento a la mitad de los participantes que se les dio la oportunidad de ganar 100 dólares, percibieron el billete de 100 más cerca que el resto. En el tercer experimento los puntos dados por pruebas de humos fueron colgados en un letrero. Aquellos que obtuvieron una “A”, percibieron la prueba mas cercana en comparación a los que obtuvieron una “D”.

Los investigadores continuaron estudiando la diferencia en el comportamiento, influído por opiniones predispuestas. Ellos pusieron una tarjeta de crédito de regalo en un pasillo y les pidieron a los participantes que intentaran llegar a la tarjeta lanzando unas pequeñas bolsas llenas de legumbres. Aquellos a quienes se les ofreció 25 dólares lanzaron las bolsas a una distancia más corta que los que compitieron en la misma prueba con una tarjeta sin valor.

En el último experimento los investigadores pusieron dos trozos de cinta adhesiva en la pared separadas por una distancia de 2 metros y también pusieron un objeto en la mesa bajo la cinta adhesiva. De pie a unos 3 metros de la mesa, la mitad de los participantes vieron un paquete de chocolate y la otra mitad vió una bolsa que supuestamente contenía excrementos. Se les pidió que se colocaran a la misma distancia de la mesa que los trozos de cinta adhesiva. Aquellos quienes pensaron que el paquete tenía chocolate se acercaron a la mesa a una distancia de 2,30 metros y los que creían que la bolsa tenía excrementos se acercaron a un promedio de 2,60 metros. Los investigadores encontraron que el humor de los participantes no afectó su habilidad de percibir estas distancias.

¿Cómo pasa el tiempo?

Un reciente estudio del Dr. David Faro de la Escuela de Negocios de Londres sugirió que uno se equivoca al estimar el tiempo entre dos eventos relacionados

“La gente a veces siente el efecto de la consumición de un producto casi instantáneamente, en tan corto tiempo después de la consumición no es realista". Faro escribió en su investigación que “Tal efecto placebo es normalmente atribuido al acondicionamiento, al pensar en lo que uno quiere o la expectativa acerca de la eficacia del producto".

“El estudio consiste de dos experimentos que muestra que la gente percibe que el tiempo es más corto entre dos eventos si se les informa previamente que ambos están relacionados".

En el primer experimento, dos grupos de participantes escucharon música y más tarde les dieron una tarea de creatividad. Al primer grupo se le dijo que la música puede aumentar la creatividad, mientras que al otro grupo no se le dijo nada. “Cuando les preguntaron acerca del tiempo pasado entre la pieza musical y la tarea de creatividad, el primer grupo pensó que el tiempo era bastante más corto". “Aunque los dos grupos tuvieron la misma experiencia con la música y la tarea de creatividad, el creer que las dos cosas estaban relacionadas hizo que los participantes las conectaran más cercanamente en el tiempo.

Similarmente, en el segundo experimento los participantes masticaron una goma de mascar y luego participaron en una tarea de atención. Se les dijo que la goma mascar podía mejorar la atención. Faro comprobó que aquellos quienes creyeron que el masticar la goma de mascar influenciaba la ejecución de la tarea dieron una estimación de tiempo más corto entre las dos actividades en comparación a los que pensaron que el practicar la tarea mejoraría la ejecución de la misma.

En definitiva la percepción y el deseo que uno tenga sobre una cosa u objeto influirá en la actitud de la persona dando respuestas diferentes según lo que uno anhele.

http://www.lagranepoca.com/articles/2010/03/17/4354.html

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