sábado, 26 de marzo de 2016

PROYECTO “DAME LA MANO Y APRENDEREMOS” LA IMPORTANCIA DE LA VINCULACION Y AFECTIVIDAD, PARA UN APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO UN PROYECTO PARA DOCENTES

Autores: Rodrigo González González, Carmen-Gloria Silva y Simón Vargas Rojas, 2015.

1.     ANTECEDENTES Y PROBLEMATIZACION

Uno de los problemas más importante que enfrenta nuestro país a mediano y largo plazo, es el bajo nivel de calidad de la educación chilena. Esto no sólo afecta la productividad futura, sino que también tiene efectos sobre la equidad, la estabilidad sociopolítica del país y el crecimiento económico. Chile  cuenta con altos niveles de desigualdad de ingresos, educación y un bajo rendimiento en pruebas internacionales (Barro y Bustos, 2006).
Está demostrado por medio de estudios internacionales, que no existen diferencias significativas en los niveles de habilidades según el origen de las personas, tanto en el ámbito socioeconómico, raza o género.  La problemática radica en que una amplia fracción de los estudiantes no posee las oportunidades que posibiliten su integración a la sociedad, su superación y desarrollo.
Los problemas que se presentan a nivel del profesorado, tienen una enorme repercusión en la educación de Chile, ya que no cabe duda que el cuerpo docente es un actor clave en el proceso educativo. Esteve, Franco y Vera (1995) han planteado una serie de elementos de cambios que han afectado la labor docente, tales como el aumento de las exigencias a los profesores, debilitación de la función formativa de la familia, la emergencia de fuentes alternativas de información, disminución de la valoración social del docente, deficientes condiciones de trabajo, excesiva importancia dada a los contenidos en los cambios curriculares y cambios en las relaciones profesor-alumno, entre otros.
El Ministerio de educación ha invertido en una serie de iniciativas de desarrollo profesional. Todo esto para solucionar o aminorar el problema de formación del educando, con el fin de crear capacidades docentes e implementar la reforma en la sala de clase, actualizar los conocimientos y responder a desafíos futuros. Pese a que las evaluaciones de estas iniciativas han mostrado positivos efectos en el trabajo profesional de los profesores, estas tienen baja cobertura, son descoordinados entre sí y pueden no estar contribuyendo a la formación de las capacidades docentes que el país requiere.
En Chile, las constantes exigencias hacia el profesorado y la responsabilidad ligada a estas, han generado una situación estresante para ellos, por lo tanto la percibe y valora como tal, tratando de defenderse de esta, como si fuera un peligro o amenaza, por lo que se exige esfuerzos cognitivos y conductuales para  sobrellevar esta situación, así mismo investigaciones realizadas en nuestro país demuestran un alto nivel de Burnout en el profesorado, tanto en el cansancio emocional, despersonalización y logro personal (Ponce, 2002).

En los últimos tiempos, diversos países del mundo están incorporando sistemas de evaluación del Aprendizaje de los alumnos que se basan en pruebas estandarizadas de rendimiento como el Simce y PSU en Chile. Los pobres resultados alcanzados por países como el nuestro, han traído como consecuencia una preocupación por las habilidades docentes, particularmente las habilidades cognitivas, señalándose que se requiere un mayor dominio de los contenidos particulares de las asignaturas, mayores habilidades para impartir esos contenidos, así como mejores destrezas para evaluarlos. Sin embargo, poca atención se ha prestado a los componentes afectivos de la docencia. No obstante, como se mostrará más adelante, los aspectos afectivos de la docencia tienen una importancia capital en la efectividad de los docentes.

El presente trabajo tiene como objetivo generar un proyecto pensado para ser aplicado en un establecimiento educacional ubicado en la 1°region Tarapacá, Chile. Se aborda la intervención en docentes, extrayendo estrategias de  pensamiento creativo, con la finalidad de dar relevancia el vínculo afectivo en aula entre docente y alumnos. 

Fundamentación
Contexto nacional         
El documento oficial denominado EL TRABAJO emitido por el Ministerio de Educación de Chile, en el año 2007, publicado en la página web oficial (www.mineduc.cl) específica los objetivos transversales del currículo educacional nacional. Dentro de los objetivos transversales se encuentra que la afectividad no se encuentra manifestada de forma explícita, pero sí implícita e indirectamente relacionada con otras actividades a desarrollar como autoestima, buenas relaciones interpersonales laborales y con alumnos, etc.
El currículo oficial es el documento que determina principalmente las prácticas educacionales del país, los modos de enseñanza y qué es lo que se enseña. No obstante el tema de la vinculación entre un docente y los alumnos en aula es implícito, se puede inferir que no es medible o cuantificable por ende no supervisable y/o sancionable por tanto no obligatorio. Considerando la actual relevancia sobre los contenidos formales y la situación actual nacional en la educación, en particular la queja hacia el diseño del sistema que más aflige a los docentes (sueldo y número de horas en aula del docente, entre otros), es comprensible que el vínculo afectivo quede más bien a suerte de las habilidades del docente y de su propio desarrollo de su experiencia de vida personal.


La carrera de pedagogía en Chile.
Es importante señalar el momento histórico que atraviesa nuestro país en términos de educación, y como actualmente la pedagogía se encuentra significativamente desvalorizada, desvalorización que hace varios años viene haciendo ruido en movimientos estudiantiles a nivel nacional, paralizaciones, marchas, etc. Debido al  descontento de todo un país en estas materias. Esto es relevante a considerar pensando en la sobre exigencia de una profesión altamente compleja y demandante, donde el vínculo afectivo no se encuentra establecido en ninguna parte como prioridad, por tanto no dando cabida y/o espacio para el desarrollo del mismo, ya que los esfuerzos están orientados a los contenidos. La vinculación en el aula no es un tema prioritario de lo que se discute hoy en debate nacional.


Habilidades sociales en docentes.
Se realizaron breves entrevistas a cinco profesores de distintos establecimientos de la ciudad de Iquique. En general señalaron que en términos formales a ellos no les enseñan de manera formal acerca de modos o formas de vinculación afectiva en aula, pues no está inserto en la malla pedagógica universitaria. Mencionan que si los preparan en materias de psicología del desarrollo y de aprendizaje. La capacidad de establecer un buen vínculo con los alumnos queda a merced de las habilidades del profesor. Los cinco profesores manifestaron sentir la necesidad de ser capacitados o recibir apoyo técnico en estrategias efectivas de vinculación,  especialmente en ambientes complejos.

Importancia del vínculo afectivo dentro del aula
Investigaciones recientes en el campo de las neurociencias (Caine y Caine, 1998, Damasio, 2003), han revelado que los aspectos afectivos (emociones y sentimientos), se encuentran íntimamente relacionados con el pensamiento, la comprensión, los procesos metacognitivos y de la autorregulación que intervienen en el aprendizaje. Asimismo, estudios realizados en el ámbito psicopedagógico (i.e. Shechtman y Leichtenritt, 2004) han puesto de manifiesto que lo que se ha conceptualizado como “enseñanza afectiva”, tiene un impacto positivo sobre el crecimiento personal de los estudiantes, sobre el aprendizaje y los procesos de socialización. La enseñanza afectiva toma en cuenta las actitudes de los estudiantes, así como sus sentimientos y creencias, lo cual los motiva a incorporar durante el aprendizaje, sus intereses y experiencias personales. Por contraposición, la enseñanza que se orienta hacia los procesos cognitivos, se centra más bien en proporcionar información y explicar conceptos y no incorpora, al menos de forma intencional, la dimensión subjetiva del aprendizaje.
Idealmente un docente debe contar con los conocimientos básicos de un profesional de la enseñanza, se señala que los profesores necesitan manejar dos tipos de conocimiento: el conocimiento sobre el contenido de la asignatura y el conocimiento pedagógico (Shulman,1987). Asimismo, se señala que los profesores deben contar con un conocimiento del contenido pedagógico de la asignatura; o tener las herramientas específicas para poder entregar o traspasar los conocimientos a los alumnos. Esta clasificación de los tipos de conocimiento es bien conocida en el ámbito psicopedagógico y se vincula básicamente con los aspectos cognitivos de la enseñanza. Lo que ha sido menos difundido es el Modelo de Razonamiento Pedagógico (Shulman, 1992) desarrollado por este autor, que abarca un ciclo de actividades que caracterizan a la buena enseñanza, a saber: comprensión, transformación, instrucción, evaluación, reflexión y nueva comprensión.
Dentro de este ciclo, Shulman incluyó aspectos que apuntan claramente a cuestiones afectivas vinculadas con la enseñanza, tales como: a) Capacitar a los alumnos para que disfruten y utilicen sus experiencias de aprendizaje b) Aumentar sus responsabilidades para que lleguen a ser personas solidarias c) Enseñar a los alumnos a creer y a respetar a otros y a contribuir al bienestar de la comunidad y d) Ayudar a los alumnos a desarrollar las habilidades y valores que necesitan para conducirse dentro de una sociedad libre y justa (Shulman, 1992). En este modelo, Shulman reconoce la necesidad de que el profesor adquiera habilidades para vincularse con la totalidad de los alumnos como personas, más que centrarse únicamente en los aspectos cognitivos de la enseñanza. Esto equivale a decir, en el lenguaje actual de la aproximación conocida como enseñanza basada en competencias (EBC), que el profesor o profesora deberá demostrar competencias para la enseñanza, en las que se integren aspectos tanto cognitivos como afectivos.
Las competencias que se consideran valiosas para catalogar a un profesor como “bueno” o a su enseñanza como “eficaz”, han cambiado a lo largo de la historia (Olson y Wyett, 2000), privilegiándose en algunas épocas, los aspectos afectivos por sobre los cognitivos y viceversa. Así, en los años cincuenta, se consideraba que los profesores debían contar con conocimientos sólidos de matemáticas y ciencias, en vista de que existía una competencia entre los países desarrollados en relación con la carrera espacial. Muy pronto se evidenció que el conocimiento sobre el contenido de la materia de estudio no era suficiente para que los alumnos lograran niveles óptimos de aprendizaje. En los años sesenta y setenta, a los que Olson y Wyett (2000) denominan la era del “potencial humano”, el énfasis se colocaba en las habilidades afectivas de los maestros. No obstante, de la misma manera que había ocurrido con la etapa anterior, priorizar los aspectos afectivos y promover el potencial humano, trajo como consecuencia que se descuidaran los aspectos cognitivos y que la enseñanza no tuviera el impacto deseado.
Este ir y venir entre lo cognitivo y lo afectivo respecto de las habilidades de los maestros eficaces, se ha repetido varias veces a lo largo de la historia de la enseñanza. A partir de los años ochenta, se ha sobre-enfatizado la necesidad de desarrollar habilidades cognitivas en los maestros y alumnos. Así, se ha hablado, por el lado del aprendizaje, de estrategias cognitivas, metacognitivas, auto-regulatorias y de solución de problemas, entre otras. Por el lado de la enseñanza, se ha hablado de enseñanza estratégica, modelamiento, andamiaje y tutoreo, entre otras. Paralelamente al énfasis en lo cognitivo, particularmente en los últimos diez años, ha crecido el interés de los educadores por valorar el impacto que tienen las dimensiones afectivas en el desempeño docente. Estas dimensiones involucran: 1) La habilidad para percibir en sí mismo y en los demás, emociones y sentimientos, y 2) La habilidad para expresarlos de manera propositiva y autorregulada en la relación con los alumnos. Estas habilidades pueden equipararse a lo que Howard Gardner considera como inteligencia intra e interpersonal y que posteriormente fue denominado por Goleman (1995) como inteligencia emocional, la cual se considera fundamental para la generación de climas sociales propicios para el aprendizaje.

Pertinencia de la intervención con cuerpo directivo y docentes.
Ante el actual panorama, considerando los elementos antes mencionados parece pertinente la intervención directa con directivos y docentes, manejando una expectativa realista acerca de cuánto y cómo se puede acercar al objetivo de fortalecer en algún nivel (hasta ahora desconocido) la importancia del vínculo afectivo como elemento fundamental en aprendizaje y óptimo desarrollo del estudiante en general.

Argumentación para el uso de la creatividad como herramienta de intervención en docentes.
Justo, Clemente en el año 2008 define la creatividad cómo “un proceso cognoscitivo que implica aspectos como la fluidez de ideas, capacidad de razonamiento inductivo y originalidad en percepción, abstracción y solución de problemas”.
Serrano en el año 2015 señala que los recursos dramáticos son recursos ideales para producir experiencias educativas creativas y modificar los habitus institucionalizados que la sustentan. Pietro conceptualiza habitus como: patrones culturales de pensamiento y acción que se encuentran encarnados en la sociedad (Pietro, 2005). El autor señala que Bourdieu realizó un estudio en establecimientos educacionales en Francia, en donde observo las relaciones de poder, desigualdad y legitimación. Realizó una explicación teórica acerca de la “transmisión cultural” conceptualizando todo proceso  de endoculturación impuesto como un ejercicio de violencia simbólica. Bourdieu expone “Toda violencia simbólica, logra imponer significaciones e imponerlas como legítimas disimulando las relaciones de fuerza en que se funda”. Bourdieu enfatiza el comportamiento corporal en diferentes estructuras jerárquicas, reconociendo este comportamiento corporal como habitus, que no es otra cosa que la incorporación de esquemas de percepción y valoración: vale decir, estructura social encarnada.
Reflexionar en este punto, se puede observar el habitus inserto en nuestro sistema educacional chileno. Un modelo transgeneracional rígido y replicable a nivel nacional tanto en estructura física como jerárquica, tanto en formas de interrelaciones como en metodologías de enseñanza. Y se observa que además de la baja importancia al vínculo afectivo en aula también se evidencia baja flexibilidad y creatividad para instaurar un modelo que optimicé el aprendizaje en conjunto con el desarrollo integral de una persona en formación.
Sobre esto mismo, en este proyecto se presentan estrategias de pensamiento creativo como herramienta de carácter innovador en la educación dirigido a docentes. Las estrategias se fundamentan de acuerdo a lo que plantea Serrano. Serrano señala acerca del uso de la creatividad sobre lo consciente o inconsciente, explica que cuando un instructor/facilitador/profesor inicia su trabajo didáctico utiliza un modelo dramático: es decir, un modelo interpretativo que le permite  vincularse con su público-alumnos. El instructor/facilitador/profesor deviene en un actor que interpreta un guion pedagógico mediante la expresión corporal y de voz de profesor, y del carácter testimonial del estudiante.
En este sentido, es importante distinguir la toma de un rol  ya constituido, de la creación de un nuevo rol que logra liberarnos de un modelo cultural cristalizado. La dramatización de un rol ayuda a focalizarnos en nuestra experiencia afectiva, a tomar conciencia de los roles que asumimos irreflexivamente, por otra parte, la representación de otros roles nos motiva a ponernos en el lugar de otros, y dicha empatía nos obliga a revisar nuestros vínculos que son origen de la transferencia entre grupos sociales. (Moreno, 1993)
Si se asume la analogía entre pedagogía y teatro, se puede recurrir a la teoría teatral. Para Stanislavski, el actor debe reproducir una experiencia verídica para vincularse auténticamente con su auditorio, evitando, siempre, la artificialidad. La veracidad en el teatro se logra cuando el guión-texto de una obra teatral es asumido por el actor como propio; lo cual implica convertir al texto en una experiencia personal.
Se pretende que con estas estrategias promover y focalizar la reflexión sobre la importancia del vínculo en aula de un modo didáctico con la intencionalidad que permita una conexión significativa en el docente intervenido.   

1.     PRINCIPIOS BÁSICOS DEL PROYECTO
El desarrollo del proyecto de intervención psicosocial en el contexto escolar dirigida a docentes de toda la comunidad educativa:

-          La escuela y principalmente los docentes reflexiona sobre sus prácticas, las cuales fortalecen un proyecto educativo inclusivo, desde una perspectiva de derechos y es tolerante a la diversidad,  protege el bienestar psicosocial de los integrantes de la comunidad educativa; tomando en consideración los objetivos transversales de la educación propuestos por el ministerio.

-          La escuela ha demostrado ser un contexto donde la calidad de las interacciones y la vinculación afectiva entre sus diferentes actores puede desarrollar condiciones de protección o de riesgo para la convivencia, así como para las condiciones del aprendizaje.


Sobre estas premisas se organizan las actividades del Proyecto, propuesta que considera las principales interacciones que movilizan el clima escolar, la convivencia y técnicas de enseñanza en la comunidad educativa.

3. OBJETIVOS DEL PROYECTO

OBJETIVO GENERAL:
Promover la vinculación y la afectividad en docentes a través del pensamiento creativo en comunidades educativas , que a corto plazo fortalezcan a los docentes en relación a herramientas con las cuales puedan relacionarse exitosamente con los estudiantes, desarrollando en estos, competencias interpersonales tanto sociales, cognitivas y afectivas, para lograr una convivencia escolar positiva,  bienestar psicosocial y un buena clima que favorezca el aprendizaje;  y que a largo plazo promuevan calidad de vida y un desarrollo educacional integrado, tanto desde lo cognitivo, como desde el ámbito personal e interpersonal.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS:

- Sensibilizar a la comunidad educativa, sobre la relevancia del vínculo afectivo para un aprendizaje significativo en los estudiantes
- Promover la reflexión sobre la importancia de la vinculación en relación al modo en que los docentes se relacionan con los alumnos para lograr el aprendizaje.
- Promover el pensamiento creativo en docentes de la comunidad educativa, desarrollando técnicas para el uso de esta en la planificación de actividades.
- Modificar conductas en la comunidad educativa que interfieran en una vinculación efectiva entre los docentes y los alumnos.

4. POBLACIÓN OBJETIVO DEL PROYECTO
Docentes y comunidad educativa en general de la 1° región de Tarapacá, Chile.

5. ESTRUCTURA DEL PROYECTO
Las acciones del proyecto buscan en un primer momento enriquecer y favorecer las herramientas que posee el establecimiento educacional y en especial a los docentes sobre como la vinculación y la afectividad con los estudiantes, puede favorecer un aprendizaje significativo y de calidad en las aulas de clases. El Proyecto  acompaña, apoya y asesora con metodologías basadas en la promoción.
El Proyecto se estructura en 5 unidades básicas, las que incorporan estrategias y actividades que se desarrollan en forma continua y progresiva, generando una recursividad con las herramientas obtenidas a través del paso del proyecto.
a) Posicionamiento.
b) Sensibilización. 
c) Reflexión.
d) Capacitación.
e) Implementación. 




6. UNIDADES DEL PROYECTO: 

6.1 Posicionamiento:
6.1.1 Objetivo: Presentar ante la comunidad educativa los alcances y beneficios de que podría traer la ejecución del proyecto en el establecimiento y generar el compromiso por parte de la dirección para el correcto funcionamiento del proyecto
Metodología: Reunión con la dirección del colegio/sostenedor, para la presentación del proyecto y los beneficios que este traería al establecimiento, luego se solicita una reunión con todos los docentes para comunicarles que es de vital importancia su participación y motivación para el éxito del proyecto, señalando que se les entregara herramientas para que su labor pueda ser realizada de mejor modo en relación a la importancia de la vinculación. Utilización de publicidad relacionada a la importancia del vínculo, afiches, videos, trípticos informativos, etc
6.1.2 Reuniones de coordinación con equipo directivo (EGE)
6.1.3 Objetivo: Presentar la programación anual del Proyecto y establecer las coordinaciones operativas necesarias para la implementación exitosa de las actividades.

 Metodología: Se reúne con equipo directivo en 3 reuniones de coordinación de 1 hora al año (programación, avance y final).

Dentro de esta actividad, se considera transversalmente la necesidad de usar este espacio para retroalimentar al equipo directivo estratégicamente para fortalecer las alianzas con el Proyecto (permanencia y visibilidad de los resultados).  Considerar algunos conceptos propios del estudio promocional realizado puede ser de gran utilidad para el fortalecimiento de este espacio de trabajo.  

6.2 Sensibilización/Reflexión: 
6.2.1 Objetivo: Resaltar la importancia del vínculo en la actividad educativa, creando en la plana docente la necesidad de vincularse de modo más afectivo.
Metodología: 
3 sesiones de asesoría del equipo a los docentes orientado a la sensibilización y reflexión sobre la vinculación, de 1 hora cronológica de duración.
Estrategias metodológicas: 
-Utilización de técnicas asociadas al pensamiento creativo, específicamente con recursos gramáticos.
- Exposición de situaciones de problemas en relación a la vinculación docente con los estudiantes.
- Uso de dilemas de práctica que permitan profundizar entre posiciones que se encuentran en contradicción. 
- Considerar el uso de herramientas que permitan canalizar con el profesor una expresión de las conclusiones obtenidos por el grupo.

6.3 Capacitación:
6.3.1 Objetivo: promover el pensamiento creativo en los docentes para favorecer el pensamiento creativo y mejorar su capacidad de vinculación con los alumnos
Metodología: 3 sesiones de equipo a los docentes  de 1 hora cronológica de duración
-Reflexionar en el grupo curso sobre la contribución de los estudiantes a la convivencia escolar positiva y sobre cómo esta contribución se articula con el Programa en su conjunto. 
-Elaborar una propuesta de acción que materialice una contribución de los estudiantes a la convivencia escolar.

6.4 Implementación
6.4.1 Este acompañamiento consiste en el establecimiento de un proceso continuo de reuniones con los profesores del establecimiento.

Objetivo general: 
Promover un clima emocional positivo en el aula, logrado a través del pensamiento creativo para una mejor vinculación entre docentes y estudiantes, lo que favorece el bienestar socio emocional y los buenos aprendizajes de los estudiantes. 

ACTIVIDADES A MODO DE EJEMPLO

A continuación se mostrarán diversas actividades, que a modo de ejemplo, pueden ser aplicadas a las distintas unidades del programa. Según sea pertinente al establecimiento educacional en que se aplique y las circunstancias que en ellos se encuentre, estas actividades deben ser adaptadas.

0.1. Actividad de Posicionamiento, “Reunión con Equipo Directivo”
Descripción: Se presentará formalmente el proyecto al equipo directivo, ligando estratégicamente la evidencia científica disponible con las experiencias dadas al interior del establecimiento educacional y exaltando el modo en que la implementación del programa contribuiría a mejorar la calidad educativa y el prestigio de la institución.

0.2. Actividad de Posicionamiento, “Campaña de difusión”
Descripción: Se llevará a cabo un conjunto de actividades comunicacionales, tales como la entrega de trípticos, visualización de afiches, etc.

1. Actividad de Sensibilización, “El peor día del año”
Descripción: Se expondrá evidencia científica que releve la importancia del vínculo entre docente y estudiante, estableciendo paralelos con sus experiencias cotidianas mediante preguntas abiertas que inviten a la reflexión. A continuación se representará “El peor día del año de un profesor” evidenciando con ello las diversas dificultades que enfrenta el docente en la vida cotidiana y como los factores del entorno afectan la capacidad del docente para vincularse, finalmente se abrirá un pequeño plenario donde se intercambiarán impresiones al respecto. 

2. Actividad de Sensibilización, “Vínculos Significativos”
Descripción: Se llevará a cabo la actividad de presentación “Vínculos Significativos”, donde los educadores darán su nombre, cargo y recordarán aquellos profesores que hayan marcado la vida de los participantes, describiendo una escena icónica donde se haya logrado un adecuado vínculo entre profesor y alumno, finalmente se focalizarán las experiencias expuestas mediante recursos dramáticos que permitan identificar las características de un vínculo significativo.

3. Actividad de Sensibilización, “Jornada de Reflexión”
Descripción: Se partirá presentando los objetivos  y metodología de la actividad. A continuación, se crearán grupos de reflexión que discutirán respecto a un conjunto de cuestiones preestablecidas: “¿Qué tipo de vínculo están estableciendo los docentes con los estudiantes?” y “¿De qué modo se puede mejorar el vínculo con los educandos?”, finalmente se expondrán las conclusiones de cada grupo de discusión integrándolas en una reflexión final realizada por los facilitadores de la actividad.

3. Actividad de Capacitación, “La Clase”
Descripción: Se realizará un conjunto de actividades de caldeamiento (calentamiento teatral) y juegos de roles que preparen a los profesores, luego se dramatizarán un conjunto de situaciones, tales como: “clase efectiva”, “clase motivadora”, “clase participativa” y “clase afectiva”. Luego se reflexionará sobre las formas de expresión mostradas, en cuanto a uso del espacio, tonos de voz y uso del cuerpo, explorando la creación de nuevas formas de relación con los alumnos.

4. Actividad de Capacitación, “Emociones”
Descripción: Se abrirá la actividad recopilando experiencias, sobre las emociones que suelen presentarse durante las clases. Se creará una lista de emociones complejas, que se darán al azar a cada profesor, cada profesor deberá representar la emoción que se le ha asignado sin uso de lenguaje verbal, solo lenguaje no verbal. Los demás asistentes deberán interpretar a qué emoción corresponde y cuál es el contexto en que ocurre, finalmente se profundizará en la experiencia corporal del intérprete, para evidenciar señales cinéticas y propioceptivas de cada emoción representada.

5. Actividad de Capacitación, “Se Vende”
Descripción: La actividad comenzará con una breve introducción para inmediatamente pasar a la dinámica “Se Vende”, en dicha acción los profesores deberán ofrecer a sus alumnos más problemáticos de forma que resulte interesante para un comprador adquirirlo, tal como se ofrece distintas cosas en los avisos económicos. Finalmente, luego de exponer cada uno de los avisos, se reflexionará sobre la importancia de considerar los aspectos positivos de los alumnos y como ello influye en las expectativas que tenemos sobre ellos.

6. Actividad de Capacitación, “Cordialidad y gratitud”
Descripción: Se partirá la actividad explorando el estado de cada uno de los asistentes, y el modo en que han ido aplicando lo aprendido en los talleres previos. Se invitará a los asistentes a ponerse de pie frente a alguien de confianza, cerrar los ojos, darse cuenta de las experiencias que emergen en la conciencia, sincronizar las respiraciones y los movimientos, se les pide que establecer contacto corporal con una mano, mientras se toma conciencia de los efectos. Finalmente se les pide que abran los ojos y transmitan en su mirada afecto, se les invita a saludarse con amabilidad y que se den las gracias en forma sincera, para terminar con una breve reflexión final donde todos se ponen en círculo.


7. Actividad de Capacitación, “Asertividad, Empatía y Mensajes Yo”
Descripción: Comenzará dando un breve contexto teórico sobre la “Asertividad y Mensajes Yo”, posteriormente se realizará una actividad de caldeamiento, con dinámicas especulares y expresivas. Seguidamente se escenificarán situaciones conflictivas entre alumno y profesor, y se reflexionará sobre cómo se hacen presentes los conceptos expuestos. Y se focalizará el trabajo en el sentir del estudiante en dichos conflictos, promoviendo de ese modo la empatía.

8. Actividad de Capacitación, “Biodanza”
Descripción: Se realizará una pequeña introducción teórica al concepto de autocuidado y se invitará a los asistentes a participar en una dinámica de Biodanza, donde se explorarán sentimientos provocados por la danza, también se profundizará en los lazos afectivos y la expresión de emociones acogedoras hacia el resto de los participantes.

9. Actividad de Capacitación, “Vocación”
Descripción: Se comienza la actividad pidiendo a cada profesor que rememore el momento en que descubrieron su vocación como profesores. Luego se le entrega un papel a cada uno donde escribirán una carta a su yo del pasado, para luego encarnar el yo del pasado y escribir una carta dirigida a su yo presente. Finalmente se abrirá una breve reflexión sobre los efectos de la experiencia.

10. Actividad de Implementación, “Asesoría”
Descripción: Se observará en terreno la realización de las clases y otro tipo de interacciones entre profesores y alumnos, se toma nota en un cuaderno de campo, para luego sistematizar dicha información en informes semanales, que son presentados en forma personalizada a cada profesor, entregando orientaciones pertinentes a la mejora del vínculo afectivo.


1.     BIBLIOGRAFIA

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 Contreras, D. y Elacqua, G. (2005). El desafío de la calidad y equidad en la educación chilena. Expansiva. Extraído de la WWW el 23 de Junio de 2006. [http://www.expansiva.cl/en_foco/documentos/10052005142812.pdf]
 González, P., Mizala, A. y Romaguera, P. (2002). Recursos diferenciados a la educación subvencionada en Chile. Serie Economía, 150, 1-42. Extraído de la WWW el 06 de Julio de 2006. [http://www.webmanager.cl/prontus_cea/cea_2002/site/asocfile/ASOCFILE120030325135657.pdf]
 Jiménez, J.(2005). Formación de directores basada en estándares de desempeño. Visiones de la educación, 7, 57-68
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Clemente, J (2008). Programa de relajación y de mejora de autoestima en docentes de educación infantil y su relación con la creatividad de sus alumnos. Revista Iberoamericana de Educación.45-1.
Esteve, J., Franco, S.  & Vera, J. (1995). Los profesores ante el cambio social. Barcelona: Editorial Antrhopos.
Moreno, J. (1993). Psicodrama, Buenos Aires, Editorial Lumen, 6° edición.
Pietro, S. (2012). Habitus, política y educación. Política y cultura, 17.
Ponce, C. (2002). Burnout y Estrategias de Afrontamiento en Profesores de Educación Básica. Psykhe, 11(2).
Serrano, R. (2015). La dramaturgia del docente en el aula. Razón y Palabra, 62.

viernes, 25 de marzo de 2016

Lo psicosocial en el contexto educativo, desafíos desde el paradigma complejo.

Cecilia Aracena, Carmen-Gloria Silva y Rodrigo González, 2016.

Resumen: En este trabajo pretendemos contribuir al análisis exponiendo una nueva visión en materias de educación y del rol psicosocial argumentados desde el modelo de la complejidad.  Planteamos un análisis en donde existe un escenario con predominio del paradigma moderno; de control, de certidumbre, de lo cuantificable, de lo simple y de la necesidad apremiante de solucionar los problemas. Argumentamos nuestra visión desde el paradigma complejo, en donde las estrategias a intervenir consideran, principalmente, lo dinámico, lo flexible, la incertidumbre, lo cualitativo, el proceso sin ideas predeterminadas y la intervención transdiciplinar. Examinando la forma en que se manifiesta el modelo clásico, proponemos la necesidad emergente de observar la realidad desde la complejidad, desde una nueva perspectiva que implique nuevos modos y estrategias que asuman lo difuso y multifacético del rol psicosocial como aspectos positivos y contextualizados a la educación actual.
Palabras clave: educación, psicosocial, paradigma moderno, paradigma complejo.

La educación formal a nivel nacional e internacional se encuentra atravesando una profunda crisis. (Calvo, 2012). El actual modelo educacional, basado en el paradigma clásico de la modernidad, requiere de manera apremiante una transformación contextualizada en un paradigma de mayor complejidad. Los retos y desafíos que debe enfrentar hoy la educación requieren de cambios sustanciales y estructurales, no sólo mejoramientos de lo ya existente.
Uno de los importantes desafíos en educación consiste en generar una visión más integral, pertinente al contexto, más flexible y sostenida en el tiempo.
En relación a los estándares educativos, argumentamos (basándonos en la Teoría del Caos), que las intervenciones psicosociales deben responder a un trabajo de procesos no rigidizados ni preestablecidos. Consideramos las intervenciones de procesos sistematizados y disciplinados como una intervención pertinente siempre y cuando se conceptualicen los procesos como fluctuantes, impredecibles, dinámicos y flexibles.  Argumentamos desde un constructivismo social en el que la realidad no se encuentra determinada y donde las interacciones avanzan en la medida de cómo se desarrollan.
Actualmente, el trabajo de proceso está obstaculizado en las escuelas, en el contexto de las demandas externas a las que están expuestos los establecimientos (Ministerio de Educación, Agencia de Calidad, Superintendencia de Educación, etc.). Las escuelas deben responder prioritariamente a lo curricular formal, en contraposición a las intervenciones psicosociales y a trabajos de proceso. El énfasis se encuentra en la evaluación externa y en responder con resultados cuantitativos y comparables.
Sumado a lo argumentado sobre el trabajo de procesos flexibles, destacamos el rol difuso de los agentes psicosociales en las escuelas. A menudo observamos que la difusión de un rol es considerada negativa, tanto para los profesionales del área psicosocial como para la mirada externa de la comunidad en general, lo cual responde a un paradigma clásico del modo de comprender la realidad.  No obstante, entendemos que al trabajar desde el dinamismo y la flexibilidad, un rol multifacético tiene mayor capacidad para responder a procesos impredecibles, es por ello que no creemos en la negatividad del rol difuso.
La escuela como agente de cambio no queda ajena a todas las transformaciones que desde allí se originan. Estamos planteando cambios significativos en el sistema educacional formal, que irán acompañados de modificaciones profundas de nuestra sociedad. 


Paradigmas y educación
Es relevante comprender la educación, bajo la mirada histórica de los paradigmas en los cuales se ha ido desarrollando y adquiriendo validez, entendiendo que la educación se da en un contexto social.
Bajo la propuesta de Kuhn, Marín (2007) refiere que un paradigma es un conjunto de valores y saberes compartidos colectivamente, de manera implícita o explícita. Edgar Morin (2005)  aporta que los paradigmas son profundas inscripciones que comparten los individuos y las comunidades, y que tienen un carácter semántico, lógico e ideológico, ya que da sentido sobre la forma en cómo se comprende la realidad, brindando una base de creencias sobre las cuales los individuos se desenvuelven. De esta forma, el paradigma se conforma con aportes científicos, filosóficos, políticos, económicos, sociales, entre otros, e implica una revolución en la forma de pensar, sentir y producir la realidad.
Desde el siglo XVII hasta el siglo XIX, surgen las bases del paradigma moderno, cuya influencia repercute hasta hoy. En él, predominan las ideas de inmutabilidad de la naturaleza, la comprensión de los átomos como partículas indivisibles e inmutables que componen todo lo existente, la suposición de que el mundo es dado y la concepción mecanicista. Este paradigma se fundamenta también en la simplicidad y la dualidad cartesiana, sobre la base del determinismo, causalidad y predicción. (Sotolongo y Delgado, 2006; Gómez, 2010)
Tal vez usted se pregunte ¿Qué relación tiene esto con la educación? Desde una mirada epistemológica, podemos comprender históricamente que el proceso educacional formal, ha otorgado valor a un conocimiento, inmutable y acabado, que es necesario transmitir. ‘El profesor sabe (culturalmente hablando), que la naturaleza es inmutable y su movimiento es mecánico y que, al estar conformada de ladrillos newtonianos, sean átomos, personas o entidades discretas, se puede, sobre ellos, establecer relaciones causales e identificaciones transmisibles’ (Gómez, 2010). Así, desde la dualidad sujeto-objeto, se intenta acercar al estudiante a una verdad objetiva, cuyo objeto de conocimiento es externo a él, y que al ser inmutable, es posible de ser medido y cuantificado. En este diseño pedagógico, basado en el modelo científico moderno, el estudiante adquiere un rol pasivo y se convierte también en un objeto de estudio, sujeto a las pruebas estandarizadas que evalúan sus resultados e intentan homogeneizarlo.
Los paradigmas marcan ciclos históricos, pero se van transformando, cuando se acumula una cantidad crítica de evidencia que cuestiona el antiguo paradigma. La revolución científica que estamos viviendo está posicionando un nuevo paradigma, llamado complejo. Encontramos antecedentes de la complejidad en descubrimiento de la física cuántica, las investigaciones de Humberto Maturana y Francisco Varela sobre la autopoiesis, la Teoría General de Sistemas propuesta por Bertalanffy, la Teoría Cibernética de Wiener, las propuestas cibernéticas de segundo orden de Foerster, Teoría del Caos, Teoría de los Fractales, Teoría de los conjuntos difusos, entre otras.
Este nuevo paradigma se basa en la valoración de lo complejo, y no pretende simplificar la realidad. Gómez (2010) menciona que se caracteriza porque en él desaparece el sentido de lo divisible, y se posicionan las entidades difusas e imposibles de aislar. La relación sujeto y objeto del conocimiento no puede ser escindida, por ende la comprensión de la realidad no se reduce a esferas aisladas, sino más bien requiere de una mirada transdisciplinaria, que permita la integración contextual del sujeto en su faceta cognitiva, emocional y valórica. La realidad se entiende como una multiplicidad de relaciones, en la que el sentido de linealidad, simplicidad y predicción pierde valor (Munné, 2004). El cambio es inherente, por lo que la realidad no está dada de antemano, sino que se construye en la práctica. Existe una nueva concepción de realidad, que es comprendida como un proceso, ya no como una entidad final acabada (Delgado, 2004).
Podemos decir entonces, que en lo que respecta al ámbito educacional, bajo este paradigma, el alumno no debiese ser considerado como un objeto, sino como un sistema en sí, en constante relación con su entorno, por lo que también debe comprenderse desde el tejido social en el cual se desarrolla. El conocimiento no se transmite, sino que es dinámico, emergente y se construye en las relaciones, por lo cual debiese existir en la educación formal actual una valoración del proceso de aprendizaje, en el que el caos y la incertidumbre deben ser reconocidas como parte inherente a él. Es difícil observar esto en la realidad educativa actual, pareciese ser que el paradigma clásico, con su mirada reduccionista, sigue imperando en las escuelas, por lo que urge una coherencia interna entre el enfoque de la educación formal en Chile, con el paradigma complejo en el cual nos estamos desenvolviendo. Con esto, no queremos invalidar al paradigma clásico, sino reconocerlo como válido en el contexto histórico en el que se desarrolló, pero asumirlo como desfasado e inapropiado para las demandas actuales. Este desfase educacional surge a partir de las tensiones entre ambos paradigmas, siendo el paradigma clásico insuficiente para dar soluciones a los cambios y complejidades de hoy.

Lo psicosocial en la educación
Ya sea que asumamos la educación como un sistema de socialización orientado al desarrollo humano, o si la contemplamos como un dispositivo fundamentalmente pedagógico que sirve para múltiples exigencias de la estructura económica y política, parece lógico considerarlo como un proceso psicosocial inserto en un contexto determinado, por ello, al definir lo psicosocial en el contexto educativo, se vuelve insoslayable preguntarnos ¿Qué hemos de entender por una  buena educación? y ¿De qué modo lo psicosocial es parte de dicha calidad educativa?
De cualquier modo, el trabajo psicosocial dentro de las escuelas se ha considerado tradicionalmente como un elemento accesorio a su funcionamiento vertebral, pues una serie de servicios públicos han encontrado en el territorio escolarizado condiciones ideales para prestar servicios de salud, alimentación, guardería, integración social, etc. Considerando esto, el trabajo psicosocial es percibido por la escuela como una carga extra que impide concentrarse en  lo estrictamente pedagógico (Leal, 2005).
Por otro lado, la escuela no puede desconocer la necesidad de establecer una base de condiciones mínimas de bienestar biológico, psicológico y social para el logro de los aprendizajes, aceptando a regañadientes la instalación de programas externos. Igualmente, es imposible realizar una gestión escolar sin considerar los aspectos psicosociales del proceso organizacional. Tampoco puede la escuela desentenderse de los objetivos transversales, que implican inevitablemente una consideración psicosocial.
En el contexto nacional chileno, hace menos de una década, el trabajo psicosocial en la escuela se redefine, vía legislativa, como conjunto de dispositivos internos a la escuela que pueden funcionar en forma relativamente independiente del trabajo pedagógico cotidiano.  Por ejemplo, durante 2008 se establecen las bases de la Ley de Subvención Escolar Preferencial (SEP), desde 2009 se instalan los Proyectos de Integración Escolar  (PIE) y en 2011 se crea la figura de un encargado de convivencia en la Ley de Violencia Escolar. En estos casos, lo psicosocial sigue contemplándose como una actividad anexa o de apoyo a su función principal.
El trabajo psicosocial es juzgado como un extranjero que viene a colonizar el territorio educativo, imponiendo sus propias lógicas de funcionamiento en un espacio que no le es propio. Por ello, el trabajo psicosocial es conceptualizado como una “Intervención”, lo que evoca una acción violenta que interrumpe un proceso natural, tal como una intervención quirúrgica.
Poniendo atención a las prácticas cotidianas, el trabajo psicosocial en contextos educativos resulta más complejo, fluctuante y multifacético que lo que se establece en las normativas vigentes, puede asumir funciones tan diversas como: selección de personal, preparación de actos, visitas domiciliarias, gestión en red, denuncias judiciales, planificación de material de orientación, campañas, intervención en crisis, matrículas, actividades extraprogramáticas, etc. De este modo, el rol y los límites del trabajo psicosocial se vuelven extremadamente difusos.
En resumidas cuentas, el trabajo psicosocial en la escuela es percibido como un elemento difuso y foráneo. ¿Cómo entender este fenómeno? Argumentamos que esto se da por el choque entre el paradigma moderno y el complejo en la educación. Como explica Calvo (2012), el sistema educativo ha trazado un mapa para guiarse sobre el territorio educativo y cultural, sin embargo, ha olvidado las prácticas cotidianas y contextualizadas, para confundirlas con programas, políticas, leyes y decretos que deberían cartografiar el territorio educativo, mas nunca reemplazarlo. Así el sistema educativo formal ha definido reformas educativas que imprimen en el mapa escolar imágenes cada vez más meticulosas, arbitrarias y rígidas, destinadas a reproducir relaciones preestablecidas, normalizadas y homogeneizadoras. Puede advertirse, que todo ello es reflejo de un paradigma moderno (Calvo, 2012).
El funcionamiento escolar sustentado en el paradigma moderno, entra en conflicto con la complejidad y dinamismo del mundo vigente, debido a que fragmenta los aspectos de la realidad.  La modernidad divide las funciones sociales de las instituciones, delegando en la familia funciones delimitadas como la formación valórico/afectiva, de cuidado y sustento, y en la escuela la función instruccional. Por eso, una vez que la familia se debilita, deposita en la escuela muchas de sus funciones, como la alimentación o el desarrollo socio-afectivo. Los docentes agobiados laboralmente, buscan simplificar sus tareas, pasando por alto la complejidad inherente a los fenómenos que enfrentan, y se niegan a asumir los roles que antaño eran asumidos por la familia. Para enfrentar esta dificultad, el trabajo psicosocial en escuelas se restringe a iniciativas aisladas que abordan una o más problemáticas concretas, ya se trate de charlas sobre sexualidad, bullying, entre otras. Se pretende así insertar como parte del programa de estudios algunos núcleos de aprendizaje (o simplemente contenidos) descontextualizados de las vivencias y condiciones psicosociales.
Como resultado, se genera una completa disociación entre disciplinas, por ejemplo, resulta llamativa la escisión entre procesos pedagógicos y psicosociales, puesto que la psicología surge en Chile al alero de las escuelas de pedagogía, luego se independiza como disciplina para abocarse a otras áreas y finalmente retorna al ámbito educativo (Leal, 2013). Esta división de saberes se manifiesta como un desencuentro de aquello que en su principio se encontró unido.
Replicamos que el trabajo psicosocial no es intruso al ámbito educativo, muy por el contrario, lo psicosocial le es intrínseco, sin lo psicosocial no hay relación humana y por lo tanto no habría enseñanza o aprendizaje. Lo psicosocial no puede ser considerado un dispositivo extranjero en el territorio educativo, contrariamente, lo ajeno al sistema educativo es la disociación de ámbitos del desarrollo humano, ello impide cumplir con los propósitos más profundos de una educación de calidad.
El contexto exige una mirada más integral de los objetivos educativos. Tal como se expresa en los cuatro pilares de la educación propuestos por la UNESCO, la enseñanza-aprendizaje no se dirige solamente al saber conocer y el saber hacer, sino también al saber convivir y el saber ser (Delors,  1996). Cuando Morin (1999) plantea siete saberes para la educación del futuro, introduce objetivos educativos como la capacidad de enfrentar la incertidumbre, la comprensión compleja y contextualización del aprendizaje, y las dimensiones éticas del desarrollo humano, todas facetas relacionadas con el trabajo psicosocial.
Lo psicosocial está también ligado a la gestión de establecimientos educacionales, puesto que El Sistema Nacional de Aseguramiento de la Calidad que ha implementado el Ministerio de Educación en Chile, evalúa además de resultados estandarizados de pruebas de contenido, otros indicadores de calidad, tales como: autoestima académica, clima de convivencia escolar, participación y formación ciudadana, hábitos de vida saludable, asistencia escolar, retención escolar, equidad de género y porcentaje de titulación, todas variables relacionadas con el ámbito psicosocial (MINEDUC, 2014).
El mundo que estamos viviendo está interconectado, los fenómenos sin importar su naturaleza social, psicológica, biológica o educativa se encuentran entramados en una compleja red de interrelaciones. No hay fenómenos desligados, que muestren una visión fragmentada de la realidad o una organización de bloques disciplinarios. Autores como Nicolescu y Morin creen que el enfoque transdisciplinar logra trascender la visión disciplinar, al superar no sólo el “objeto” de conocimiento, sino que alude a lo que está simultáneamente entre, a través y más allá de toda disciplina (Osorio, 2012). Por ello no tiene sentido que los equipos psicosociales se constituyan como externos, los agentes educativos son en cierto modo psicosociales y los psicosociales son de alguna manera educativos, más aún si consideramos que lo  psicosocial es, desde un punto de vista ontológico, una disciplina difusa (Soto, 2001; Munné, 1993). Dicha difusión disciplinaria es, en cierto modo, una ventaja en un mundo complejo, sin embargo también envuelve inmensos desafíos. Por eso creemos que lo psicosocial puede ser un factor clave en el cambio de paradigma en educación.
Según ha postulado Munné (1993), lo psicosocial se puede estructurar en distintos niveles de formalización teórica, pasando desde lo micro y concreto hasta lo macro y abstracto. En ambos casos la transdisciplina sería una fuente de incertidumbre, puesto que mientras más concretos son los datos son menos abarcativos, y mientras más abstractos son más imprecisos.
Esto nos conduce a estructurar el trabajo psicosocial en base a dinámicas participativas, emergentes psicosociales y una flexibilidad que abra espacios de encuentro para comprender los patrones intrínsecos a la complejidad de un sistema cultural, dando cabida a las múltiples interpretaciones de la realidad. Esta dinámica interactiva permite un pluralismo teórico y una  democratización del trabajo psicosocial (Calvo, 2012; Munné, 1993).
La educación se entiende así como una dinámica de creación de nuevas relaciones, que no se limita a replicar relaciones prefabricadas, como ocurre en la escolarización (Calvo, 2012). Sin embargo, no debe creerse que se cambiará la educación simplemente modificando el paradigma que lo sustenta, no debemos volver a confundir el mapa con el territorio. El paradigma es una guía macro que ofrece una estructura sujeta a modificaciones en caso que aparezcan nuevos emergentes psicosociales. Es necesario integrar el cambio a nivel paradigmático, con iniciativas concretas que emerjan de iniciativas locales y contextualizadas, al mismo tiempo esto permitirá que las iniciativas aisladas se integren en un marco macro-cultural.  Visto desde lo micro a lo macro, la articulación psicosocial forma un continuum de carácter escalar, que  podría conferir propiedades fractales al sistema educativo (Munné, 1993).
Como es de esperarse, un cambio cultural de esta envergadura amerita un trabajo de proceso sostenido en el tiempo, lo que significa que los establecimientos educacionales, los gobiernos, la estructura productiva y otras facetas de la realidad se alineen en esta dirección para cambiar aspectos estructurales que se encuentran asentados desde el paradigma moderno. Ante esto cabe preguntarse ¿cómo estructurar programáticamente aquello que es difuso, ambiguo, caótico, no-lineal, irregular, e inestable? Calvo (2012) nos recuerda que sin incertidumbre no hay aventura educativa, si observamos los sistemas de educación informal, veremos que el niño o niña danza en medio del caos, poniendo a prueba en todo momento su experiencia, integrando los procesos inductivos e intuitivos a medida que aprende. La estructura es útil, incluso los juegos infantiles tienen reglas, nos sirven como acuerdo intersubjetivo, pero no debemos olvidarnos que se tratan de simulaciones pragmáticas, de construcciones que deben estar sujetas a continua revisión (Rodríguez, 2011). De ahí la importancia radical del trabajo psicosocial, que  puede dar a la educación la posibilidad de navegar en la incertidumbre transmoderna, integrando dinámicamente las influencias micro y macro sociales en los procesos de enseñanza aprendizaje.

Referencias
Calvo, C. (2012). Del mapa escolar al territorio educativo. Disoñando la escuela desde la educación. La Serena: Ediciones  Universidad de La Serena.
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