Francisca Donoso, Noemy Gallardo y Rodrigo González, 2006.
Presentada en Jornadas de psicología del Norte Grande.
INTRODUCCIÓN
Podríamos plantearnos una pregunta: ¿Existe el “psicólogo social” como tal? Esta fue la pregunta que nos motivó a realizar una profundización de las posibles respuestas. A medida que avanzamos en nuestra investigación, fuimos abriendo nuevas perspectivas sobre las dimensiones que podríamos indagar. Dicha investigación consistió en tres partes: interiorización sobre el tema, entrevistas abiertas indagatorias y análisis exhaustivo del desarrollo de las ideas, que se darán a conocer en este artículo.
DEFINICIÓN
Es importante definir el rol del psicólogo social (el artículo se centrará en la aplicación comunitaria dentro de nuestra cultura, occidental, latinoamericana, chilena, iquiqueña) porque como se verá en las entrevistas analizadas posteriormente, existe una evidente necesidad de especificar y especializar el trabajo del psicólogo social dentro de la aplicación comunitaria. Maslasch ha apodado “crisis de identidad” a los cambios internos y externos implicados en el transito desde lo teórico a lo aplicado. Produciéndose un cambio de estatus, poder y valores. El practicante es enfrentado a un rol indefinido y flexible que elicita múltiples percepciones despectivas de otros profesionales, tanto dentro como fuera de la psicología. El rol es un tema capital para cualquier campo aplicado. Sin embargo, apenas ha recibido atención en la literatura psicosocial, tomando una forma pragmática y ateórica. Existe, no obstante, un creciente interés por el tema. El interventor, necesitado en el día a día de las directrices, no puede esperar que las investigaciones y ciencia hayan encontrado las soluciones finales a los principios acabados, viéndose obligado a realizar un trabajo insatisfactorio. Se crea entonces un conflicto, entre: profesionalismo y antiprofesionalismo; tensiones internas y externas; descripción y prescripción; y entre poder y conocimiento.
El examen de la literatura sobre el rol del psicólogo social puede resumirse en dos vertientes: estructural (contenidos-identidad) y procesal (desempeño- función).
Estructural. Se puede observar una amplia diversidad de propuestas en función del campo. Por ejemplo: Hornstein clasifica los distintos roles de acuerdo a la relación entre el agente de cambio y el cliente en: relación experta (modelo de relación medico-paciente); relación colaboradora (modelo de investigación- acción de Lewin); y abogancía social (defensa de los intereses de la parte indefensa).
Procesal. El estudio sobre la variabilidad del desempeño ilumina algunas cuestiones fundamentales: “compatibilidad de los roles”; “posibilidad de que una sola persona pueda asumir distintos roles”; y “las dificultades implicadas en las eventuales transiciones del rol”. Esto apunta a dos temas emergentes: la multidisciplinaridad, los roles conectores y el conflicto del rol.
La investigación se basará en las propuestas emergidas desde la propia intervención comunitaria. La conferencia de Austin sobre formación en psicología comunitaria, Lorion y Morris, Bermant, y la discusión del American Journal of Community Psychology sobre cuestiones éticas (Alipio Sanchez Vidal). Podrían resumirse en sus modelos de formación e intervención comunitaria en: clínica comunitaria; desarrollo comunitario y sistemas sociales; intervención y prevención en sistemas y organizaciones; cambio social; ecología social; psicología social aplicada.
INTERVENCIÓN SOCIAL Y COMUNITARIA.
La situación actual de los proyectos de intervención social comunitaria, se encuentra muchas veces ausente de la presencia del psicólogo social.
“Nunca he visto a un psicólogo social trabajando en la comunidad, los asistentes sociales toman sus puestos, y en los programas de gobierno se dieron cuenta, por ejemplo: en el programa Vivo Mi Barrio, se plantea la necesidad de un psicólogo social, el cual permanece ausente en la planificación del programa de recuperación de barrios, en el participan dos asistentes sociales y un sociólogo.”(Guillermo Varas, asistente social).
“En el colegio de mi hijo, que es un colegio para niños discapacitados, se imparten cursos de capacitación para apoderados… Son los asistentes sociales los encargados de estos. Ella nos cita a una reunión, nos explica de que se trata, cuanto dura, etc.”(Lorena González, dueña de casa).
“En las municipalidades rurales, los asistentes sociales son como los maestros chasquillas, es casi la alcaldesa, se han hecho imprescindibles, y por supuesto está menos preparada” (Claudia Zagardia,Sociologa).
El área de intervención de los servicios sociales ocupa el cuarto lugar por lo que respecta a las especialidades a las que los psicólogos se dedican con prioridad en su intervención profesional, con un 9,2%, solo sobre la Investigación y la Seg. Vial. ( Ismael Quintanilla Pardo,1992).
El alcance de la intervención de los psicólogos sociales en la comunidad evidentemente no esta interiorizado dentro de la comunidad.
“Se produce un efecto de realidades paralelas entre lo percibido por la comunidad y la verdadera intervención del psicólogo social, porque se trabaja en grupos pequeños, los efectos son a largo plazo y muchas veces no se considera la difusión como una prioridad” (Maria Carla Morales, psicóloga).
En Iquique, se esta haciendo una interesante intervención psicosocial emergida de la oficina de protección de derechos del infante (OPD), esta es una puerta de entrada de los recursos protectores que ofrece el ámbito local para niños y niñas vulnerados en sus derechos. La OPD, trabaja en la promoción (generación de recursos humanos), fomentando la autogestión y coordinando con otras instancias. Se trabaja con actividades de acción-reflexión-acción y sus objetivos son el fortalecimiento y formación de valores, la conducta prosocial y la sensibilización responsable por parte de los promotores y la comunidad en general. Este es, sin duda un buen ejemplo de como se esta forjando la psicología social aplicada.
La frustración y baja motivación monetaria forman parte de la actividad del psicólogo social. Por lo tanto, el rol del Psicólogo social carece de una alta valorización, creando así, una latente disyuntiva; es decir, esta disciplina necesita y requiere de una muy significante vocación para desarrollarse y permanecer en esta área.
Los psicólogos a lo largo de su experiencia profesional, ejercen en varios ámbitos de intervención de los existentes en la disciplina y son muy pocos los que únicamente se limitan a trabajar en una de estas áreas concretas a lo largo de su carrera; y los que se dedican a esto, muchas veces participan en programas que duran poco tiempo, por lo tanto, tienden a buscar otros trabajos.
El interventor psicosocial al no tener bien definida su función, no tiene una metodología determinada; es decir, puede aplicar muchos procedimientos diferentes sin una pauta teórica a seguir, transformándose en una práctica poco rigurosa y se hace difícil comprobar la validez de los resultados; pero es importante decir, que por lo general, intentan guiarse a partir de modelos parciales (que lograr explicar solo un poco), como el de Freire.
La percepción de la comunidad referente a intervención comunitaria, se encuentra asociada a la Municipalidad. Cualquier “líder” dentro o fuera de la comunidad se toma estas atribuciones sin dominar el tema y sin poseer las herramientas necesarias para aplicarlo.
“El poder se encuentra centralizado… ¡es necesario empoderar! ... Hay que dar espacio a otras instancias, como las ONG, grupos emergentes, independientes y otros grupos menos tradicionales” (Claudia Zagardia, Socióloga)
“La situación actual es desorganizada, inorgánica y politizada, el Alcalde prefiere designar personas por confianza; por ejemplo, en DIDECO trabajan varias personas que ni siquiera son profesionales…no quieren potenciar a las personas, prefieren el asistencialismo, ya que esto le sale mas rentable a la hora de los votos.” (Guillermo Varas, Asistente Social).
El asistencialismo asociado a los sistemas paternalistas, niega la capacidad de autogestión dentro de la comunidad, no potencia las habilidades, ya que se les entregan los insumos y servicios directamente, fomentando el “andar pidiendo” sin lograr lo que necesitan producto del esfuerzo. Esto incentiva a que se generen grupos a los que tradicionalmente se les entrega ayuda, dejando de lado a otros grupos minoritarios.
“Criticar es mas fácil que ayudar, y ayudar es mas fácil que liberar” (Guerrillero oculto, hip-hop conciente)
La programación de la intervención psicosocial se realiza en función de la forma, dejando de lado el contenido.
“No he sabido de actividades en la que profesionales entren a ayudar en la comunidad…Hace tiempo que no hacen esas fiestas, bailes y eventos deportivos.” (Manuel Schafer, auxiliar de la universidad)
Al ponerse énfasis en la forma, la intervención comunitaria es percibida como un montón de celebraciones, esto último va asociado a que no existe una preocupación por parte de los interventores por dar a conocer las políticas públicas a las que van dirigidas las actividades.
En Chile las políticas publicas en el ámbito de lo social ha variado, durante el régimen militar las políticas tuvieron una orientación de tipo “como yo voy a”, con la vuelta de la democracia esta perspectiva ha ido variando paulatinamente hasta una política tipo “como nosotros vamos a”, de manera tal que ha favorecido la expansión de la intervención psicosocial.
“En Chile con la vuelta de la democracia los humanistas que habían perdido terreno, comenzaron a posicionarse en este espacio, abriendo un nuevo campo laboral” (Claudia Zagardia, socióloga).
En Chile a diferencia de otros países de la región como Colombia y Cuba, no tiene una situación interna que favorezca el desarrollo de las disciplinas dirigidas al cambio social.
“la intervención psicosocial en chile es un campo sin explorar, tenemos muchísimo que hacer, pero nuestra situación es distinta, al menos nosotros no caminamos por las calles con cadáveres” (Elda Pérez, psicóloga).
A decir verdad no se ha invertido poco dinero en la intervención social, pero estos dineros han sido ocupados en formas demasiado generales y de baja intensidad, cabe destacar que esta situación ha ido cambiando paulatinamente.
La formación en psicología ha estado enfocada a lo individual, ha la clínica en particular.
“He conocido algunos planes pero casi siempre se termina haciendo clínica… en mi universidad ni siquiera tuve la oportunidad de conocerla, no había electivos con un enfoque dirigido a la aplicación psicosocial” (Elda Pérez, psicóloga).
“Habíamos dejado botada la disciplina, los sociólogos de alguna forma la habían tomado, y habían desarrollado teoría en base a ella, ahora que la estamos retomando nos apoyamos en sus teorías” (Samuel Fuente alba, psicólogo social).
Muchos psicólogos trabajan en el área psicosocial solamente porque es donde pueden encontrar trabajo, pero no sienten una vocación, ni tienen una adecuada formación, necesarias para el trabajo aplicado. Entran a la comunidad con una diferencia de estatus, por lo tanto no logran sintonizar con la experiencia autentica, solo con una máscara, construida por los miembros de la comunidad.
“Me sentía como un extraño,mis colegas me decían que ganaba muy poca plata, éramos mirados en menos… y en realidad es mas o menos así… funciona, pero es frustrante… se necesita tolerancia… uno cita a una reunión y llegan dos personas… uno entra en una disyuntiva… ¿es un tema social o tuyo?... pero igual es nuestra responsabilidad. Uno no es un experto. No estamos restringidos en nuestro propio ámbito…” (Samuel Fuente alba, psicólogo social).
Muchas veces dentro de la comunidad existe una resistencia por parte de sus integrantes.
“…trabajo, voy a pescar, soy de pocos amigos…yo no necesito ayuda, me he desenvuelto toda la vida solo, y estoy bien así…” (Manuel Schafer, auxiliar universidad).
“¡¿Cómo empodero a alguien con desesperanza aprendida?!” (Elda Pérez, psicóloga).
Muchas veces los miembros de la comunidad se encuentran alienados tanto de su propia realidad como la de su entorno, o no poseen los recursos, tanto psicoafectivos como materiales necesarios para emprender su desarrollo autogestionado. Ya que el origen de todas las contingencias asociadas a los problemas sociales se caracterizan por ser multicausales se necesita el trabajo grupal entre los distintos profesionales.
También en muchas oportunidades es el propio psicólogo, a veces preparado al que le hacen falta habilidades para emprender sus actividades, por ejemplo, animar a un grupo en una campaña de difusión haciéndose necesario la ayuda de paraprofesionales.
No cabe duda que en el trabajo comunitario hace falta el apoyo del psicólogo social.
“Nos hacen falta herramientas para hacer una intervención más profunda” (Claudia Zagardia, socióloga).
“Los psicólogos sociales tienen mayor proyección, desarrollan un trabajo sistémico, de carácter más general” (Guillermo Varas, asistente social).
Los psicólogos tienen los recursos para ir más allá, interiorizándose en la realidad particular de cada individuo, situándolo en un sistema funcional más amplio. Otros profesionales no están capacitados para realizar esta actividad.
Dichas capacidades, necesarias para el desempeño del psicólogo, se desarrollan idealmente a través, de su especialización aplicada, por medio del trabajo en terreno, de manera que las teorías se desarrollan ligadas a la acción.
“Se quedan mucho en la teoría, debiesen perfilarse especializarse especialidades en la universidad… pero lo encuentro difícil, no existe sensibilidad, estamos en un sistema individualista, en el juego del sálvese quien pueda” (Guillermo Varas, asistente social).
“Es necesario hacer alianzas estratégicas, capacitar en políticas públicas, hacerse socios del gobierno e instituciones en las practicas profesionales…El terreno sirve para pulirse… hay que esforzarse mucho” (Claudia Zagardia).
“Los psicólogos nos formamos trabajando, para perfilar el rol del psicólogo social es necesario que las universidades reciban la demanda de parte de la comunidad. Lo que a la universidad le incumbe es estar con “oreja fina” escuchando atentamente estas demandas” (Elda Pérez).
El tema de los psicólogos es que son muchos y necesitan especializarse. Es un tema de pretensiones, el psicólogo que está egresado quiere ser bueno para todo. El trabajo en terreno trata de cuestiones muy crudas, el psicólogo egresado con una formación teórica, tiene objetivos pretenciosos y carece de herramientas para intervenir óptimamente. Prefiere trabajar en otra cosa. Tiene miedo de enfrentarse a algo que no conoce.
Al psicólogo le falta desarrollar una sensibilidad social, para perfilar un verdadero psicólogo social.
“los psicólogos están en otra parada, el tema de pelear entre los distintos profesionales se ve postergada, por una pelea interna entre los psicólogos antes de postular. Hay un tema de validación” (Claudia Zagardia).
El tema de la validación entre los psicólogos trata de la forma en que se posicionan dentro de la estructura organizacional con un estatus determinado.
Aunque la especialización, permite la necesaria profundización del análisis, plantea problemas de integración de conocimientos y soluciones técnicas. La multidisciplinaridad cuestiona la suficiencia de las ciencias y profesionales, para encarar la complejidad del mundo social. Se requiere para esto entre los profesionales: un marco conceptual e interventivo común, un lenguaje común, y un acuerdo social al respecto.
La multidisciplinaridad, interdisciplinaridad y transdisciplinaridad designan grados distintos de integración disciplinar. Lográndose finalmente en la transdisciplinaridad romperse las fronteras entre las disciplinas y profesionales, apareciendo integraciones globales.
Maruny (1990) ha descrito en cuatro etapas el proceso habitual de incorporación del profesional a un equipo ya establecido: la Reivindicación; Competencia por el poder y liderazgo del campo; Debate sobre la propia identidad profesional; y finalmente, Análisis interdisciplinar del objeto de trabajo. Se puede decir que, la psicología social aplicada se encuentra en la tercera etapa, “El Debate sobre la propia identidad profesional”, que se ve rodeado de cuestiones como el replanteamiento del objetivo de trabajo y soluciones posibles a ese replanteamiento.
En general, se puede decir que la intervención social comunitaria es deficitaria hasta el momento, ha sido poco considerada. Es una disciplina joven y está constantemente innovándose. Lleno de contradicciones internas, se aplica, aunque de forma inadecuada. Este es un tema que requiere de una especial atención por parte de la comunidad en general y universidades.
SOBRE LA PERCEPCIÓN DEL ROL DEL PSICÓLOGO.
El psicólogo social es un personaje desconocido. ¿Por qué?, esto básicamente debido a una crisis de identidad, el ser un personaje desconocido, a su vez, provoca angustia, propia del no saber bien a que enfrentarse, no poder reconocerse, y no tener la forma en que otros lo identifiquen.
Las dos vertientes del papel profesional son las conexiones entre identidad y función, en la medida que la identidad es más personal, y la función más social, se intuye en seguida el papel de puente entre lo social y lo individual, el carácter psicosocial del rol profesional.
Conviene subrayar algunas de las cualidades y posibilidades prácticas del carácter psicosocial. En efecto, el rol aplicado, no importa solo como identidad profesional, sino también, como referente valórico y como fuente de la cual derivar la autoestima. Y es que, al establecer quien es y que sabe hacer el practicante psicosocial, a su vez, para ser reconocido por otros, para ser tenido en cuenta, por ejemplo, al contratar ciertos servicios. Sirve también, para generar un sentimiento de pertenencia; y estableciéndose un rol ideal se pueden exigir estándares normativos. De igual modo, como puente entre la teoría y la praxis.
Importante es establecer por que el psicólogo social es un personaje desconocido, a parte de todas las variables derivadas de la aplicación psicosocial ya mencionadas, debiésemos exponer aquellas causas propias del cambio social que puede llevar a cabo el psicólogo.
Maritza Montero, señala que como la experiencia y la historia nos indican, si bien es cierto que una revolución produce transformaciones, no basta para cambiarlo todo. Boudon, advirtió que “un principio fundamental de las sociologías de la acción es que el cambio social debe ser analizado como la resultante de un conjunto de acciones individuales”, hace falta entonces, estudiar los efectos de los hechos sociales en la vida cotidiana, es decir el ámbito en el que las practicas sociales y culturales son llevadas a cabo, regulando la velocidad y dirección de la vida social.
Las estructuras forman entornos específicos, en los cuales forman habitus, que a su vez generan prácticas que mantienen esas estructuras y que los perpetúan. Se entiende por “Habitus” (Bourdieu,1972) un sistema de disposiciones durables, estructuras estructuradas , es decir, en tanto que principio de generación y de estructuración de practicas y de representaciones que pueden ser objetivamente “reguladas” y “regulares”sin para nada ser el producto de la obediencia a reglas, objetivamente adaptadas a su finalidad sin suponer la dirección consciente de los fines ni el dominio expreso de las operaciones necesarias para alcanzarlos y, siendo todo esto, colectivamente orquestado sin ser el producto de la acción organizadora de un director de orquesta.
Los psicólogos sociales generan cambio social principalmente a través del habitus; decimos que por lo tanto, el trabajo del psicólogo social no supone una dirección necesariamente consciente, transformándose su labor percibida en una forma inconsciente.
Conclusión y proyecciones
Definir el rol del psicólogo social es importante, para toda empresa aplicada.
La definición del psicólogo social solamente se puede lograr ejerciendo efectivamente esta actividad. La formación en las universidades, sensibilizar socialmente, especializar, trabajar interdisciplinarmente, y hacer alianzas estratégicas con el gobierno y otras instituciones, son también requisitos fundamentales. El papel del psicólogo social es desconocido por la comunidad y que en muchas ocasiones no se aprovecha la capacidad de profundizar en la intervención que le corresponde al psicólogo social. Este profesional de por si trabaja por vocación, ya que su remuneración y su status no son satisfactorios, siendo reemplazados por otros profesionales. Es una disciplina nueva y que esta constantemente renovándose. Es necesario hacer muchas investigaciones más para poder llegar a resultados definitivos.
Este tema es de relevancia, pues brinda orientación para especificar y especializar su labor, su formación, asignación de recursos, distribución de tareas y proyección en el futuro.
Referencias:
Ismael Quintanilla Pardo y Ricardo Díaz Sánchez, 1992. El psicólogo de los servicios sociales. Práctica y perfil socio-profesional. Intervención psicosocial. Barcelona, España.
Nara Maria Guazzelli Bernandes y Pedrinho Arcides Guareschi, 1992. El saber – actuar de la psicología y la comunidad: reflexiones producidas desde un lugar latinoamericano. Porto Alegre,Brasil.
Ferran Casas Aznar y Miguel Lopez Cabanas, 1992. Intervención psicosocial. Madrid, España.
Gonzalo Musito Ochoa y Rosa Castillo Montañes, 1992. Problemas sociales y politicas de accion social: Algunas contribuciones de la psicología social.
Alipio Vidal Sanchez.
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